Los placeres de este mundo no tienen porque acabar en la cama. Ni mucho menos. Si quieres, y seguro que quieres, los puedes alargar un poco más. Ahora te decimos cómo.
Qué noche más buena que has pasado. ¡Ocho horas seguidas! ¡Nada más y nada menos que has conseguido dormir ocho horas seguidas! ¡Qué bueno! Te has dejado acariciar por esas sábanas que con tanto cariño elegiste y tu cubrecama ha cumplido a la perfección su misión, esto es, darte el abrigo suficiente, ni frío ni calor. Como Dios Manda.
Pero, ¡maldita sea! El despertador ha vuelto a sonar. Tú lo sabes, no te llevas ninguna sorpresa. El maldito aparatito emite su peculiar sonido todas las mañanas a la misma hora. Alargas la mano y lo apagas. Y como todos, ronroneas esos cinco minutitos más que tan bien te sientan.
Tu enojo dura poco porque nada más poner pie a tierra te dejas envolver por otra caricia. La de tu albornoz. Sí, lo dejas por la noche para poder alcanzarlo con tu mano, la misma que le ha quitado el sonido al despertador. Lo coges y te lo pones. Y la misma sensación que has tenido durante la noche la tienes ahora, mientras te diriges al cuarto de baño con tu albornoz.
Es una rutina muy agradable. Despertarse, coger tu albornoz, darte una ducha. Elegir una toalla suave, secarte, volver a ponerte tu albornoz, dirigirte a la cocina, preparar el primer café de la mañana, volver a tu habitación y ahora ya sí, a vestirse y a empezar el día.
Los albornoces son ya indispensables en tu hogar. No sólo tienes tú uno. También lo utiliza tu pareja y, por supuesto tus hijos. Pero no te creas que los albornoces son un invento moderno. ¡No, qué va! Tienen cientos de años y quizá te sorprenda saber que el origen de la palabra albornoz es árabe.
Concretamente viene de la Al-burnus y ya existe constancia de que era utilizado en el siglo XVII por los bereberes de Argelia. Su uso, eso sí, es un poco diferente al de ahora porque era una prenda que utilizaban los pastores para aguantar las frías noches del desierto. Y sí, también constaba de una capucha. Como el albornoz actual.
En nuestra época lo podemos definir o más bien lo define la Real Academia de la Lengua Española como “bata de tela o toalla que se utiliza para después del baño”.
Nos apetecía contarte estas curiosidades sobre los albornoces que, como ya hemos dicho, se han convertido en una pieza casi necesaria en cualquier hogar. Y ya sabes, en Casaytextil somos especialistas en textil de hogar para baño y en ropa para toda la casa. Y por eso ponemos a tu disposición nuestra colección de albornoces. Un albornoz para ti, otro albornoz para tu pareja y albornoces para tus hijos. ¿Vas a dejar que alguien de tu familia se quede sin comprobar la suavidad de nuestros albornoces?
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