El estilo rústico ha dejado de ser exclusivo de las casas de campo o masías tradicionales. En los últimos años, ha resurgido como una tendencia clave en decoración, reinventándose con toques contemporáneos que lo acercan al diseño urbano. La fusión entre lo natural y lo moderno da lugar a lo que muchos llaman el “rústico renovado”, un estilo cálido, auténtico y muy actual.
En este artículo, te mostramos cómo combinar textiles y materiales naturales para lograr ese equilibrio entre rusticidad y modernidad, creando espacios acogedores y con carácter propio.
1. El poder de los materiales naturales
La base de cualquier espacio rústico moderno está en la honestidad de los materiales. La madera, la piedra, el barro cocido o la cal son elementos que conectan con la naturaleza y aportan textura y calidez. Lejos de esconder sus imperfecciones, este estilo valora las vetas visibles, las superficies rugosas y los acabados con historia.
Si tu vivienda ya cuenta con elementos estructurales como vigas de madera, muros de piedra o suelos de barro, apuesta por conservarlos y combinarlos con detalles modernos para crear contraste.
Jordi Montero, de Montero Construccions, empresa especializada en reformas integrales en la Costa Brava, recomienda respetar siempre los materiales originales de la vivienda, especialmente en masías o casas tradicionales.
“A veces el mejor acabado es conservar. Reforzar una viga de madera o limpiar un muro de piedra puede dar más personalidad a un espacio que cubrirlo con materiales nuevos. Y además, permite mantener la coherencia con el entorno”, señala.
2. Textiles: suavidad, color y contraste
Los textiles juegan un papel clave para suavizar la contundencia de los materiales rústicos. Aportan confort visual y físico, además de permitir renovar el ambiente sin necesidad de grandes obras.
¿Qué textiles funcionan mejor en un estilo rústico moderno?
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Lino: Aporta frescura y una caída natural perfecta para cortinas o ropa de cama.
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Algodón orgánico: Ideal para cojines, colchas y tapicerías ligeras.
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Lana tejida a mano: Da textura y calidez en alfombras o mantas.
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Yute, esparto o sisal: Perfectos para alfombras o elementos decorativos con fibra vegetal.
Opta por una paleta neutra (beige, gris piedra, blanco roto) como base, y añade toques de color con los textiles: ocres, verdes oliva o terracotas son tonos que encajan perfectamente con la estética rústica y natural.
3. Jugar con los contrastes: lo rústico y lo pulido
Una de las claves del rústico moderno es romper con la uniformidad. No todo debe parecer “de campo”. Combinar una mesa de comedor de madera maciza con sillas de diseño contemporáneo o un sofá moderno con cojines de lino rústico crea un equilibrio dinámico y muy actual.
También puedes mezclar superficies rugosas (como una pared de piedra) con elementos pulidos (como una lámpara metálica o una encimera de microcemento), lo que añade profundidad al conjunto sin perder la esencia acogedora.
4. Iluminación: cálida y natural
En este estilo decorativo, la luz natural es protagonista. Grandes ventanales, cortinas ligeras o incluso puertas acristaladas ayudan a conectar el interior con el exterior. La iluminación artificial debe ser cálida, con bombillas de luz cálida y pantallas de fibras naturales.
Una buena idea es combinar distintos puntos de luz: lámparas colgantes de mimbre, apliques de pared en acabados mate, o lámparas de mesa con base de cerámica y pantalla de lino.
5. Pequeños toques que marcan la diferencia
En los detalles está la clave. Aquí van algunos complementos que puedes añadir para dar ese toque rústico moderno sin sobrecargar el ambiente:
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Cestas de fibras vegetales como almacenaje visible
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Estantes de madera recuperada
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Espejos con marcos naturales o desgastados
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Cerámica artesanal en tonos tierra o verde botella
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Plantas de interior en macetas de barro cocido o terracota
6. Materiales sostenibles y coherencia con el entorno
Más allá de lo estético, el estilo rústico moderno abraza la sostenibilidad. Elegir materiales naturales, locales y duraderos no solo embellece el hogar, sino que también reduce el impacto ambiental.
Es importante tener en cuenta el clima y la ubicación de la vivienda al elegir materiales. En zonas con alta humedad o cambios térmicos frecuentes, como la Costa Brava, es fundamental que los revestimientos y acabados sean transpirables y resistentes, sin renunciar a la estética.
Conclusión: un estilo que conecta con lo esencial
El estilo rústico moderno es una declaración de intenciones: volver a lo natural, pero con las comodidades y el diseño de hoy. Saber combinar correctamente textiles suaves con materiales naturales y resistentes es la clave para crear un hogar auténtico, funcional y acogedor.
Antes de comenzar una reforma o introducir cambios estructurales, es recomendable consultar con profesionales que puedan valorar los materiales existentes y proponer soluciones respetuosas con el entorno y la historia de la vivienda.








