Antes de escoger tus fundas de sofá o de sillón, debes tener en cuenta que esta acción es la esencia para vestir tu mobiliario. Cuando una persona se viste, el sastre tiene en cuenta su peso, la forma y las texturas del tejido. De igual manera, se debe considerar los mismos criterios para que se vista de forma adecuada tu mueble.
Debemos considerar también el estado del mueble en sí, ya que si éstos están realmente dañados, una funda de sofá no sería la solución que buscas. Veamos las soluciones que aportan las fundas de sofá o para que casos no son válidos, y que tendríamos que tener en cuenta a la hora de escogerlas:
Para un cambio estético: las fundas cambiaran el aspecto de tu sofá, sillón o silla, pero la sensación de la estructura no va a cambiar. Si tu sofá es abultado o los resortes están pegados, poner unas fundas de sofá no será la solución óptima. Una funda de sofá es un cambio estético, no estructural. Si tu mueble está muy estropeado, es hora que consideres en comprar unos muebles nuevos. Después, podrías considerar unas buenas fundas de sofá de calidad para protegerlos y conservarlos.
Escógelas por tu decoración: decide el aspecto de tus fundas de sofá. Esta elección puede realizarse a partir de tus gustos, como un modelo de fundas de sofá de colores claros y lisos para que tu decoración tenga un aire relajado; o dependiendo de las líneas de otro sofá o de las sillas del comedor. La funda de sofá dictará la decoración de tu salón, por lo que debes visualizarla en tu mente antes para ver cómo quedaría al final. Procura que los tejidos de tu salón sea de tonos parecidos o tengan un contraste definido, tal y como la decoración del salón esté. Por ejemplo, si has optado por una decoración en tonos nude, debes escoger las fundas de sofá, sillones y sillas de estos colores, a conjunto con las cortinas o estores. O, por otra parte, realizar un contraste de color en toda la decoración: fundas de sofá, sillones y sillas en un color y la cortina y los cojines de otro. Ambas opciones dan un perfecto resultado.
Escoge un peso: todas las telas no son aptas para fundas de sofá. Se debe evitar todo tipo de telas pesadas como los terciopelos, ya que no se adaptan bien a la forma del sofá o del sillón. Elije fundas de sofá de tejidos suaves y ligeros, tales como el algodón y que sean resistentes y duraderos para aguantar el uso: el poliéster. Ambos materiales combinados son la aplicación ideal para una buena funda de sofá de calidad.
Elije un tejido: cuando vayas a optar por una tela, procura que éste esté muy entretejido. Procura que el color de la funda no deje que la tela del sofá traspase el color.
Elije una textura: hay muchas texturas a escoger en el mercado. Las fundas de sofá con tela cruzada añaden un toque visual diferente, a la vez que es resistente ante las arrugas.
Considera una forma: si tu sofá tiene brazos de madera, un funda de sofá elástica estándar no será una buena opción, ya que la forma de los brazos se marcarán, quedando antiestéticos. Hay fundas de sofá especiales para este tipo de sofás, así como otras formas, tales como: sillones relax, sillones orejeros, sofás chease longue… cada una se adapta a la forma especial del asiento destinado.
Considera los detalles: las fundas de sofá practica aportan un a original forma de lazada en los reposabrazos. Tranzas, flecos, volantes o botones son detalles originales que darán un aspecto diferente a tu mueble.
Elige un largo: puedes optar por modelos de funda de sofá que cubren el mueble en si o que llegan hasta el suelo y lo cubre por completo. Ambas opciones quedan estéticamente perfectas.
Considera los accesorios que llevará. Ten en cuenta también que cojines estarán recostados sobre la funda de sofá, para optar por un color entre la amplia gama de la que dispones.
Cuando tengas estos aspectos ya escogidos, ya puedes medir tu sofá y hacer tu pedido de manera acertada.
¿Cuál crees que es la funda de sofá que iría bien con tu mueble? ¡Cuéntanos tu experiencia!
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