¿No te apetece poner un aparato de aire acondicionado en tu casa? ¿Eres contraria a ellos por qué piensas que dañan al medio ambiente? O ¿consideras que no son buenos para tu salud y para la de tu familia? Tengas las razones que tengas –todas ellas muy válidas- existen infinidad de opciones para mantener la casa fresca durante los días más calurosos del verano. ¿Qué te parece si te damos unos cuantos?
1. Ventanas con aislante térmico
Quizá es el momento de que hagas esa reforma en la que estabas pensando. Coloca ventanas térmicas en toda la casa. Normalmente las asocias para que no entre el frío, pero también evitan el calor.
2. Persianas bajadas
Y, mientras tanto, “juega con las ventanas”. Bien cerradas en las horas que da el sol y bien abiertas cuando comienza a refrescar.
3. Puertas abiertas y cerradas
Durante el día cierra las puertas de aquellas habitaciones que no utilizas para que no “cuele” por ahí el fresco. Pero por la noche, ábrelas todas de par en par y deja que circule el aire. Verás que bien te sienta la corriente.
4. Ventiladores de techo
Son una buena opción, sobre todo cuando la temperatura es insoportable por la noche. Lo mejor es colocarlos en las habitaciones de dormir. Por supuesto el aire que emiten es mucho mejor que el del aire acondicionado. Un consejo, tienes que vigilar que las aspas vayan en sentido contraria a las agujas del reloj.
5. Hidrádate
Siempre es bueno beber agua. Ya sabes que los médicos recomiendan beber hasta dos litros de agua al día. En verano, no te cortes. Bebe y bebe. Y si te agobias un día de calor, prueba a ponerte paños mojados con agua fría en la frente o en el cuello.
6. El horno, ni de lejos
Olvídate del horno por un tiempo. Por supuesto que en verano no es lo más aconsejado. Poner el horno a más de 200 grados supone convertir la cocina en un auténtico infierno y es difícil evitar que ese calor se propague por toda la casa.
Todo el mundo no puede disponer de él, pero es el momento de utilizar terrazas y jardines y, si te apetece carne a la brasa, haz una barbacoa, pero no enciendas el horno.
7. Los extractores
Enchufa el extractor del baño si te estás tomando una ducha o el de la cocina si estás preparando la comida o la cena. Ambos extraen el aire caliente hacia el exterior.
8. Las bombillas, lo mínimo
Ten las bombillas encendidas lo mínimo. Desprenden calor. Y, de paso, te servirá para reducir el recibo de la luz.
9. Cambia las sábanas
Por supuesto que sí. Nada de sábanas con tejidos gruesos como la franela u otros tipos. Opta por el algodón y el poliéster. Y ya que estamos, guarda al fondo de los armarios tus fundas nórdicas, mantas y colchas. Ya las sacarás en invierno.
10. Ropa de verano
Las zapatillas que has usado durante el invierno, los pijamas, los albornoces… ¡Todo a las cajas! Ya los sacarás en octubre.
En resumen, no te preocupes. Tus antepasados han sobrevivido sin aire acondicionado y tú también lo podrás hacer. Sólo ten en cuenta estos consejos para evitar el calor. El aire acondicionado aumenta la factura de la luz y emite gases que dañan al medio ambiente. Así que si optas por no utilizarlo te damos la enhorabuena.
¿Qué otros consejos se te ocurren para mantener la casa fresca durante el verano? ¿Quieres compartirlos con nosotros? Escribe en nuestra sección de comentarios.
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